miércoles, 23 de octubre de 2013

Mejoran caminos saca cosechas en el municipio de Jacona, Michoacán

Avanzan trabajos de revestimiento de caminos
saca-cosechas en el municipio. Foto: Alejandro Becerra Ibarra




Publicado en El Sol de Zamora:

24 de octubre de 2013 

Por Alejandro Becerra Ibarra 

Jacona, Michoacán.- Con el revestimiento de caminos nuestros productos y camionetas ya no se verán afectados, pues al estar en perfectas condiciones, esto ayudará a que las cosechas se saquen al mercado para su comercialización sin ningún contratiempo, afirmaron agricultores del municipio.

Ayer el alcalde Martín Arredondo Delgado, juntamente con el director de Desarrollo Rural, José Enrique Ruiz Chávez, así como del regidor del ramo, Hugo Noel Álvarez Victoria, así como de algunos otros concejales y directores, encabezó el banderazo de la obra de revestimiento del camino saca-cosechas del Ejido de La Estancia Igarteña.

El Comisariado Ejidal de la comunidad de La Estancia Igarteña, Juan García Cervantes, ponderó el hecho de que el gobierno municipal no esté escatimando recursos ni esfuerzos para atender las necesidades del sector agropecuario de Jacona.

Señaló que este tipo de acciones vienen a contribuir en mucho para quienes se dedican a las actividades del campo, sobre todo porque al contarse con caminos en buen estado, esto ayuda mucho para que las cosechas se trasladen sin que sufran alguna afectación durante el trayecto al mercado.

Dijo que sobre todo la fresa es la que se transportara sin que sufra algún daño y con ello además se evitará que los productores agrícolas no registren pérdidas económicas que también es parte de los objetivos que se buscan con este tipo de obras.

Reiteró el agradecimiento a las autoridades municipales que hacen el mejor esfuerzo para atender las diferentes necesidades que tiene en sector campesino, al tiempo de advertir que debido a las condiciones en las que actualmente se encuentran algunos caminos, esto ocasiona que presenten afectaciones en las frutillas, así como en su economía.

Sin embargo, con estas actividades ya no se tendrán estos problemas, pues al contarse con vías de comunicación en buenas condiciones, esto ayudará para que el transporte de los productos agrícolas se haga sin ninguna adversidad.

Por su parte, el director de Desarrollo Rural, José Enrique Ruiz Chávez, destacó que los trabajos de rehabilitación de caminos saca-cosechas, es una muestra del compromiso que tiene la administración municipal, encabezada por el alcalde Martín Arredondo con el campo jaconense.

Dijo que el objetivo es contar con rúas en óptimas condiciones para el traslado de insumos necesarios y productos obtenidos del sector agrícola del ejido la Estancia Igarteña y otros más, además de dar el aprovechamiento a la maquinaria que envió el gobierno del Estado.

Fue claro al expresar que estas tareas se llevarán a cabo en los cuatro ejidos que comprenden el municipio como es La Villa de Jacona, La Estancia Igarteña, El Platanal y San José El Platanal, además de que se dará atención a la Pequeña Propiedad, pues la responsabilidad es atender a todo el sector agropecuario.

Detalló que el deterioro que sufren los caminos es debido al constante paso de los vehículos pesados que se utilizan para transportar insumos para la siembra, así como para el transporte de las cosechas, cuyo daño se agudiza sobre todo durante este periodo de lluvias y esto obliga a que se emprendan trabajos de mejoramiento.

Por último, el funcionario expuso que en estas acciones se emplea maquinaria pesada que es aportada por el gobierno del Estado, situación que viene a abaratar el costo de hasta un 90 por ciento del costo del material.

Cabe mencionar que la maquinaria pesada también se está empleando en labores de limpieza de drenes y canales y que tienen como finalidad evitar un desbordamiento en esta temporada de lluvias, así como liberarlos de todo tipo de maleza y desechos para que cuenten con mayor capacidad de almacenar grandes cantidades de agua y con ello garantizarla para el riego de cultivos, sobre todo durante la temporada de estío.

martes, 22 de octubre de 2013

La mitad de colonias de Zamora, Michoacán, son irregulares



Por Arturo Sierra Reyes

Publicado en Semanario Guía:

Domingo 6 de octubre de 2013






De un total de 202 hay 101 con algún grado de irregularidad- De las 101 más de la mitad son ilegales- Diagnóstico de SEDESOL ante riesgo de desastres

Según las cifras oficiales de la Dirección de Planeación y Desarrollo Urbano Zamora está conformada por 202 colonias, barrios, fraccionamientos y unidades habitacionales, incluyendo las colonias céntricas.

Pero de esos 202 asentamientos humanos, alrededor de la mitad, es decir, unos 101, son irregulares, lo que significa que no han cumplido en su totalidad los requisitos oficiales para que sean realmente conforme a la ley y sean recibidas por la administración municipal.

Esos 101 asentamientos no han cumplido con alguno o varios de los trámites legales como son cambio de uso del suelo, urbanización, lotificación, dotación de servicios o cumplimiento de algún otro requisito establecido en las leyes en la materia o no han cumplido con los servicios que prometieron a los compradores de lotes.

Pero de esos 101 asentamientos irregulares más de la mitad, es decir unos 60, no son solamente irregulares sino que son francamente ilegales pues quienes los hicieron no han hecho ningún trámite de regularización ante las autoridades correspondientes.

Estos asentamientos generalmente son producto de invasiones que surgieron en el pasado por todos lados o de supuestos fraccionamientos populares promovidos por líderes que de eso viven.

Buena parte de esos asentamientos se ubican en terrenos o zonas de alto riesgo ante desastres como los que ahora lamentamos se han registrado en varias partes del país a consecuencia de las lluvias.

Este fenómeno del surgimiento de asentamientos humanos irregulares, ilegales, en Zamora tiene su origen en el mejor de los casos en la irresponsabilidad de las autoridades municipales, estatales y federales durante muchos años.

El desinterés del gobierno federal por defender las zonas federales que son patrimonio de los mexicanos, como es el caso de las vías del tren, de los canales y sus bordos, de terrenos de propiedad federal en general, ha propiciado la invasión de esos terrenos.

En ese mismo sentido ha habido desinterés de las autoridades estatales en aplicar las leyes en materia de urbanismo no solamente en el caso de las invasiones en terrenos federales sino en el desarrollo de asentamientos en otro tipo de terrenos muchos de ellos no aptos.

Pero tal vez los más responsables han sido los gobiernos municipales a los que compete no solamente aplicar leyes y reglamentos en materia de desarrollo urbano sino en todos los casos ver por el bien común lo cual debe incluir el desarrollo urbano ya no digamos sustentable sino simplemente ordenado. Esto ha ocasionado que el desarrollo urbano de Zamora haya sido, por lo menos en los últimos 50 años, no solamente desordenado sino caótico.

Ese desarrollo caótico tiene, y sobre todo tuvo en los setentas y ochentas, básicamente su origen local en dos fenómenos: un enorme rezago en materia de vivienda ante la avalancha incontenible hacia Zamora de familias procedentes de otras regiones del estado e incluso de otros estados ante el boom que experimentó Zamora en la agroindustria con el cultivo de la fresa por un lado, y la incapacidad del gobierno de atender la demanda de vivienda por el otro.



Pero si bien es cierto que las invasiones y surgimientos de asentamientos humanos ilegales tuvo su auge de los setentas a los noventas la historia de las invasiones viene de muchos años atrás, por lo menos desde hace medio siglo.

La primera gran invasión lo fue sin duda la del antiguo Rio Duero, a raíz de que sus funciones las sustituyó el Río Nuevo.

Tal vez las nuevas generaciones ya no sepan que el Río Duero cruzaba la ciudad. De hecho durante años funcionó como un dique que evitó el crecimiento urbano de Zamora hacia el sur.

El Río Duero cruzaba la ciudad de oriente a poniente. Su cauce estaba entre lo que es la calle Corregidora y la ahora calla Circunvalación. Al construirse el Río Nuevo o Río de Zapadores, el Río Duero dejó de operar para convertirse primero en un enorme basurero y luego en un codiciado espacio. Como recuerdo quedan los vestigios de un puente en la Madero, junto a la entrada al hotel Fénix.

En ese marco poco a poco el río y su zona federal de protección fueron invadidos por sus vecinos o por otras personas carentes de vivienda. Hubo invasores ricos y pobres. Una parte del hotel Fénix, por ejemplo, se asentó en la zona federal del río.

Después de pleitos, riñas y procesos legales entre los interesados en asentarse en esa zona abandonada por el gobierno federal quedó totalmente invadida. Luego de varios años de invasión los poseedores lograron que el gobierno federal desincorporara esa zona y la cediera a quienes la ocuparon.

Poco más tarde surgieron otras grandes invasiones que en buena medida han marcado el desarrollo caótico de la ciudad pues si bien es cierto que el número y la magnitud de las invasiones se han reducido éstas se siguen dando como sucede en estos momentos en la zona federal del ferrocarril en el tramo de Ario de Rayón en dirección a El Llano.

Estas invasiones llevan a que las familias invasoras vivan en condiciones realmente inhumanas y con una calidad de vida miserable pues no solamente carecen de una vivienda digna sino que no tienen servicios ni infraestructura lo que obliga a vivir entre el lodo, la tierra, las aguas pestilentes y que de ello deriven otros problemas como la insalubridad y las enfermedades.

Otra de las grandes invasiones y que dan la imagen de que Zamora está formada por largos tentáculos que se extienden hacia todos los puntos cardinales, es la que dio origen a la colonia 20 de Noviembre que sobre zona federal de canales y camino se extendió tanto que generó la conurbación con poblados como La Estancia de Amezcua.



Y qué decir de la invasión que dio origen al largo chorizo de la avenida Juárez hacia el oriente en la que a su vez entroncan otras invasiones que dieron origen a nuevos tentáculos y nuevas colonias como la Lázaro Cárdenas, la López Mateos, La Libertad colonias más pequeñas con nombre sugestivos como “El Capricho” o “El Sacrificio”.

Hay que recordar cómo hace algunos años los cientos de familias de La Libertad, López Mateos y otros fraccionamientos del poniente de la ciudad tuvieron que sufrir las consecuencias de una inundación causada por el exceso de lluvias y el desbordamiento de un dren, inundación que causó cuantiosas pérdidas.
 
Una de las grandes invasiones más reciente es la de la zona federal del ferrocarril, de la estación hacia el oriente y de la estación hacia el poniente, un nuevo tentáculo formado por no menos de mil 500 familias pobres.

Pero además de los asentamientos irregulares producto de las invasiones están los asentamientos promovidos por líderes de colonos. Se trata de los asentamientos en los que los líderes venden lotes en un terreno agreste, sin el más mínimo servicio para que luego los propios vecinos urbanicen y doten de servicios. Se les llama de urbanización progresiva.

Son este tipo de fraccionamientos solapados por las autoridades a cambio de compromisos políticos pero esos fraccionamientos terminan convirtiéndose en verdaderos dolores de cabeza para gobiernos municipales posteriores que tienen que enfrentar presiones, manifestaciones y hasta amenazas de los colonos, encabezados por sus líderes, para que los doten se urbanización y servicios. Los líderes se echan a la bolsa el dinero que sacan a los colonos y la dotación de servicios y urbanización de esos asentamientos se las exigen el gobierno con cargo al erario público.

Pero como resultado de componendas, compromisos políticos o incluso corrupción hay otro tipo de asentamientos irregulares. Se trata de fraccionamientos, conjuntos habitacionales y hasta cotos residenciales que cumplen muchas veces con los requisitos pero cuya ubicación no garantiza la seguridad de los vecinos ante el riesgo de catástrofes.

Ejemplo de lo anterior son los fraccionamientos construidos junto o cerca del Dren General del Valle, en la parte más baja del Valle de Zamora, que prácticamente cada año se inundan porque fueron hechos por abajo del nivel del dren, de tal suerte que cuando ese dren va al máximo de su capacidad vomita borbotones de agua que llega incluso hasta los fraccionamientos Valencia y La Pradera.

Como ocurre siempre, para tratar de proteger a las familias, gobiernos municipales anteriores, con recursos públicos, han tenido que hacer lo que los fraccionadores no han hecho durante años y que les corresponde hacer.

Levantaron una especie de batería de equipos de bombeo que el Sistema de Agua Potable y alcantarillado (SAPAZ) pone a funcionar cuando por arriba del bordo y por las descargas de drenaje el dren vomita agua hacia esas colonias. El dren echa agua a las colonias y el SAPAZ se la regresa. Así ocurre por horas hasta que el nivel del agua baja en el dren.

UN DIAGNOSTICO ANTE EL RIEGO DE DESASTRES

Un diagnóstico nacional de los asentamientos humanos ante el riesgo de desastres hecho por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) aplicable y válido para Zamora, señala que en México fenómenos como sismos, erupciones volcánicas, huracanes, inundaciones, explosiones, incendios y el impacto que estos fenómenos han tenido sobre la población, han hecho que los desastres sean un tema cotidiano.

La diversidad de eventos a los que ha estado sometida la población de gran parte del territorio mexicano, así como la posibilidad real de que esta tendencia se agudice en los próximos años debido al Cambio Climático Global y al deterioro ambiental existente en el país, es motivo de preocupación por diversos sectores sociales y gubernamentales

Se ha comenzado a perfilar –señala Sedesol-- como una exigencia en las políticas de ordenamiento territorial y de desarrollo urbano-regional, así como en aquellas de carácter ambiental, económico y social.

Diversas experiencias de desastres de gran magnitud ocurridos en las últimas décadas, como el que por las lluvias afectó a mediados de septiembre pasado a gran parte del territorio nacional, han marcado a muchas ciudades y regiones del país con importantes implicaciones sobre la población, la infraestructura y los sectores económicos.

El efecto de los sismos de 1985, las explosiones de San Juan Ixhuatepec en 1984 y Guadalajara en 1992; el impacto de los huracanes Gilberto (1988), Gert

(1993), Roxana (1993), Opal (1995), Paulina (1997), Stan (2005), Wilma (2005) y otros sobre ciudades de Quintana Roo, Guerrero, Campeche, Chiapas, Veracruz, Tamaulipas e incluso Nuevo León; así como los desastres recientes en Tabasco y Chiapas, entre otros, muestran la alta vulnerabilidad de la población mexicana y sus estructuras frente a amenazas de origen natural y antrópico.

Las pérdidas de vidas humanas y del patrimonio productivo del país por este tipo de eventos han sido significativos. Tan sólo en los terremotos de 1985 se perdieron más de 10 mil vidas y el costo económico de sus efectos fueron equivalentes a poco más del 4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional para ese año.

En forma paralela lo factores de riesgo se agudizan ya que en la actualidad el territorio mexicano vive momentos de profundas transformaciones expresadas en el agravamiento de carencias acumuladas que se están convirtiendo rápidamente en factores de nuevos y mayores riesgos.



En las últimas décadas –sigue Sedesol- el país ha disminuido los elevados ritmos de concentración de la población y la actividad económica en unas pocas zonas metropolitanas. Los flujos migratorios ya no son predominantemente campo-ciudad, sino que ahora existe una gran movilidad entre ciudades de diferente tamaño.

Pero a la par de algunos efectos positivos, persisten las carencias históricas en las zonas rurales y en las localidades aisladas, que hoy en día se acompañan de un aumento de la marginación y la pobreza en zonas urbanas; las desigualdades entre ciudades y localidades cada vez se acentúan más y lo mismo puede decirse de las desigualdades entre las entidades federativas del país.

Reconoce Sedesol que el crecimiento urbano continúa siendo predominantemente irregular con consecuencias negativas sobre el medio ambiente y la ocupación de zonas alto riesgo.

Este nuevo contexto de riesgo y vulnerabilidad que ha acompañado al desarrollo económico y la dinámica de los asentamientos humanos, hace necesaria una mayor intervención de los órganos de los tres niveles de gobierno en el diseño e implementación de políticas orientadas a la reducción del riesgo.

Tales políticas implican importantes esfuerzos de coordinación, la inversión de recursos, el trabajo interinstitucional y una mayor vinculación entre los gobiernos y las poblaciones vulnerables; todo ello con el fin de definir estrategias y establecer prioridades para reducir el riesgo existente, así como también para evitar que nuevas inversiones y proyectos de desarrollo generen más y nuevas vulnerabilidades.

En este marco la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) implementó el Programa de Gestión de Riesgos, con la finalidad de contribuir a reducir el riesgo de desastre y la vulnerabilidad de la población expuesta a los fenómenos naturales, dando prioridad a los asentamientos con mayores niveles de pobreza en el país.

ORIGEN DEL PROBLEMA

Según el diagnóstico, parte importante del problema del riesgo en el país se asocia con la inadecuada planeación en el ordenamiento del territorio y de las políticas para la reducción del riesgo y la deficiente aplicación de la normatividad tanto federal como estatal y municipal.

Asimismo, la falta de medidas que induzcan a una localización más segura de los asentamientos humanos, el insuficiente manejo de las cuencas hidrográficas, el deterioro ambiental, la marginación, la escasa operación de sistemas de alerta temprana y la insuficiente cultura de prevención y mitigación, entre otros.

Resultado de esto es que hoy en día alrededor de 90 millones de habitantes en el país residen en zonas de riesgo frente a diversos tipos de fenómenos de origen natural, de los cuales cerca del 70 por ciento habitan en zonas urbanas, el 9.5 por ciento en zonas semiurbanas y el resto, 20.5 por ciento lo hace en zonas rurales.

LAS CAUSAS DELPROBLEMA

Aún cuando no existe evidencia científica clara sobre un incremento en la recurrencia e intensidad de los fenómenos naturales que se han presentado en el país, bases de datos muestran que los efectos e impacto de los desastres ocurridos se ha incrementado notablemente, en particular en los últimos años. Esto es muestra de que los patrones de riesgo se están modificando a favor de mayores niveles de vulnerabilidad.

El proceso de construcción de riesgo que se ha dado en el país responde a una serie de factores complejos que son el resultado de la aplicación de los distintos modelos de desarrollo implementados a lo largo de la historia pero que en buena medida han tendido a exacerbarse por cambios drásticos en la estructura social y territorial que se han producido en las décadas recientes.

En efecto, en México la relación riesgo-desarrollo es inequívoca y tiene su expresión más clara en dos aspectos centrales: la forma en que históricamente se ha ocupado el territorio y las desigualdades sociales que prevalecen entre sectores importantes de la población.

LA DINÁMICA DEMOGRAFÍA

En los últimos 50 años la población del país creció 4 veces lo que sitúa a México como la undécima nación más poblada del mundo. Pero aún cuando ha podido reducirse el ritmo de crecimiento de la población, todavía prevalece una ocupación desigual del territorio que sea más acorde con las potencialidades de desarrollo.

De acuerdo con las cifras del II Conteo de Población y Vivienda, en el país existen 187 mil 938 localidades con viviendas habitadas, de las cuales cerca de 185 mil (98.3%) tienen menos de 2 mil 500 habitantes y solamente once asentamientos superan el millón de habitantes.

Por otra parte aún existen 83 mil 161 localidades que únicamente registran una o dos viviendas, lo que muestra el alto grado de dispersión y la atomización de una buena parte de la población rural.

En contraste a alta dispersión de la población que habita en pequeñas localidades, la forma de los asentamientos humanos sobre el territorio marca una tendencia creciente hacia la urbanización.

En la actualidad, en las localidades de más de 15 mil habitantes reside el 62.8% de la población total del país, mientras que el 13.7% se ubica en localidades entre 2 mil 500 y 15 mil habitantes y sólo el 23.5 por ciento vive en localidades de menos de 2 mil 500 habitantes.

Los cambios más importantes registrados en la dinámica poblacional del país en el último cuarto de siglo -con notables efectos sobre el territorio-, tienen que ver con dos grandes fenómenos demográficos: el descenso de las tasas de crecimiento natural de la población y la migración.

Las tasas de crecimiento natural de la población han mantenido una tendencia hacia la baja, de manera similar a lo que ha ocurrido con el crecimiento total de la población a nivel nacional.

Como resultado de la dinámica demográfica, el proceso de urbanización del país ha estado marcado por importantes cambios y es durante los últimos 25 años del siglo XX cuando la sociedad mexicana pasa a ser predominantemente urbana.

El crecimiento tanto de los centros como de la población urbana ha sido sumamente acelerado: durante la década de los ochenta más de la mitad de la población residía en localidades urbanas y ya para el año 2005 alcanzó el 70.3% de la población total.

Entre 1970 y 2005 el número de ciudades se duplicó, pasando de 174 a 358, mientras que el volumen de habitantes urbanos creció aproximadamente un 220% (de 22.7 millones a 72.7). Las tendencias actuales indican que este proceso continuará y que para el año 2030 la población urbana en México representará el 82% de la población total del país.

En este contexo urbanización ha estado acompañada de procesos complejos y contradictorios, como el crecimiento de la mancha urbana en contra posición a la desaceleración de las tasas de crecimiento poblacional y el desaprovechamiento de suelo en las áreas centrales de las ciudades.

Esto ha conformado un mercado de suelo y vivienda expansivo, desarticulado de la estructura urbana existente y que resulta disfuncional para la población de menores ingresos.

Como consecuencia de ello, las necesidades de suelo y vivienda presentan una tendencia creciente que se acentuará en los siguientes años. Y en forma paralela la adquisición de reservas territoriales se enfrentan a un mercado con precios a la alza en todo el país, de tal suerte que la ocupación irregular se ha convertido en un mecanismo natural y, muchas veces, en la única vía para los sectores populares para acceder al suelo.

Muestra de ello es que entre 2000 y 2007 alrededor de 250 mil lotes se incorporaron al suelo urbano en forma irregular cada año en el país. Y si bien no existen cifras precisas sobre el número de asentamientos irregulares en el país, recientes estudios indican que alrededor del 60 por ciento de la demanda anual de incorporación de suelo urbano es para asentamientos irregulares.

Un tercer rasgo que caracteriza el proceso de urbanización en el país es la pobreza. Como consecuencia del rápido crecimiento poblacional, la inaccesibilidad al suelo, las repetidas crisis económicas y la débil capacidad para la creación de empleos permanentes y bien remunerados el país ha experimentado un fenómeno creciente de la urbanización de la pobreza.

Según cifras del CONEVAL, hoy en día de los 72.7 millones de habitantes del Sistema Urbano Nacional, 30.5 millones (42.1%) no son derechohabientes de los servicios de salud; 2.2 millones de la población de 15 años o más (4.5%) es analfabeta; 14.6 millones de personas (20.8%) habitan 4.2 millones de hogares con jefatura femenina; 725 mil viviendas (4%) tienen piso de tierra; 1.24 millones de viviendas (7%) tienen un solo cuarto; 964 mil viviendas (5.4%) no disponen de agua entubada en el terreno; 605 mil viviendas (3.4%) no disponen de drenaje; 933 mil viviendas (5.2%) no disponen de electricidad.

Si bien es cierto que esos porcentajes responden a la situación nacional también es cierto que si Zamora está dentro de la media nacional y por tanto esos porcentajes son aplicables aquí.

90 mil hogares anualmente se asientan en suelo poco apto e irregular, lo que incrementa hasta un 50 por ciento los costos de edificación; 40.6 por ciento de las viviendas registran algún nivel de hacinamiento.

OTRAS CARENCIAS DE LOS POBRES URBANOS

Los pobres urbanos también padecen carencias de otros servicios básicos como recolección y disposición de residuos sólidos, transporte, vigilancia, pavimentación, alumbrado, vialidades, áreas verdes, así como equipamiento social urbano básico.

Pero más allá de las carencias familiares, la pobreza urbana se expresa en diversos aspectos que dificultan una adecuada planeación y un crecimiento ordenado de las ciudades, debido a la dificultad de los gobiernos locales para ampliar y fortalecer la oferta de infraestructura, equipamiento y servicios ante el rápido crecimiento de las ciudades; escasas posibilidades de acceso a suelo adecuado para la ocupación; deterioro económico, social y ambiental, y el abandono, pérdida o mutilación del patrimonio cultural; desigualdad y segregación socio-espacial; procesos de urbanización informal que implican ruptura de continuidad del tejido urbano.

Además, reducción de competitividad y de atracción de inversiones; asentamientos precarios asociados a ocupación irregular del suelo; población viviendo en condiciones de alto riesgo frente a amenazas naturales o generadas por el hombre ; viviendas hacinadas y asentamientos insalubres, de difícil acceso y con infraestructura débil y deficiente; inequidades de género y problemas de discapacidad o ciclo vital que condicionan el acceso o uso de espacios, equipamiento y dominios urbanos; inexistencia o malas condiciones de infraestructura y equipamiento para personas con discapacidad; incremento de la violencia social e intrafamiliar, así como desarticulación del tejido social, entre otros.

lunes, 21 de octubre de 2013

Michoacán produce el 50 por ciento de la fresa del país



Publicado en Semanario Guía:


En 4 mil 900 hectáreas cosecha 275 mil toneladas-
Se exportan 121 mil 942 toneladas- Expoproveedores aquí en diciembre


Con 4 mil 900 hectáreas cultivadas de fresa, Michoacán se ha consolidado como el principal productor en el país al cosechar 275 mil 340 toneladas de la fruta, dejando en segundo lugar a Baja California con el 37 por ciento de la producción y en tercer lugar a Guanajuato con el 7 por ciento de la producción de la frutilla.



Antonio Guzmán Castañeda, Delegado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) en Michoacán, comentó que los productores de este cultivo contribuyen de manera importante en la generación de empleos en el sector rural, de manera tal que en cada hectárea de cultivo bajo sistema de alta tecnología, riego por goteo, acolchado plástico y macrotúnel se tiene una demanda anual de mil  120 jornales por hectárea.



En nuestro estado se cuenta actualmente con una superficie tecnificada de 3 mil 500 hectáreas en donde se tiene una demanda anual de 3 millones 920 mil jornales, lo que representa 17 mil 759 empleos permanentes por ciclo en el campo, a los que se deben sumar 3 ml 955 empleos generados en la agroindustria, 368 empleos en la proveeduría de maquinaria y equipos, 60 prestadores de servicios y 226 empleos en el transporte, 6 mil 74 empleos indirectos a lo largo y ancho de las actividades de esta cadena productiva.



De su producción total, Michoacán exporta al extranjero 121 mil 942 toneladas y distribuye al mercado nacional 153 mil 398 toneladas. Le sigue Baja California que exporta al mundo 50 mil 996 toneladas y 33 mil 999 toneladas las envía al mercado nacional, en tanto que el estado de Guanajuato sólo exporta al mundo mil 842 toneladas y comercializa en el país 7 mil 370 toneladas.



Estos son los tres estados que exportan fuera del país mientras que otros estados que cultivan fresa son el de México con una producción de 6 mil 725 toneladas, Jalisco con 6 mil 369 toneladas y otros estados que en conjunto producen mil 46 toneladas.



Guzmán Castañeda, funge también como representante gubernamental del Sistema Producto Fresa en el país por ser nuestro estado el principal productor a nivel nacional y el que aporta el 50 por ciento de la fresa del país.



La fresa michoacana se exporta principalmente a los mercados de Canadá, España, Reino Unido, Irlanda del Norte, Japón, Estados Unidos, Holanda, Belice, Brasil, Chile y Francia, sólo por citar algunos países.



La fresa es un cultivo que requiere de una enorme cantidad de mano de obra para sus procesos de producción, acondicionamiento e industrialización En México el cultivo de la fresa requiere de un elevado número de jornales tanto en campo como en el procesamiento del producto, de tal manera que se estima que a nivel nacional se ocupa de 3 millones 296 mil 522 jornales en proceso de producción y cosecha, requiriéndose entre 500 y 600 jornales por hectárea cultivada con el sistema semitradicional y mil 100 jornales con el de uso del sistema tecnificado por lo que se estima una derrama económica por el pago de mano de obra de 395 millones 582 mil 640 pesos y en la industria se tiene una erogación estimada en 54 millones 318 mil 360 pesos en 452 mil 653 jornales al año. En conjunto el requerimiento de mano de obra en campo e industria es de 3 millones 749 mil 175 jornales, con un beneficio económico de casi 450 millones de pesos anuales.



Socialmente la fresa representa los siguientes beneficios: propicia el arraigo de la población rural reduciendo el fenómeno migratorio de la fuerza laboral; contribuye a evitar la ruptura del tejido social, a través de la unión familiar; reduce las condiciones propicias para la delincuencia; contribuye a lograr una mejor calidad de vida, poniendo al alcance de los productores, trabajadores y empleados en todos los  niveles los servicios de salud, mejor infraestructura, mejor vida, etc.



La fresa es una fruta muy ligera ya que gran parte de su composición es agua y posee una importante cantidad de vitamina C que protege al cuerpo fortaleciendo el sistema inmune. Sus ácidos orgánicos poseen efectos desinfectantes y antiinflamatorios.



La fresa incorpora propiedades diuréticas, las cuales benefician a personas que quieren perder peso y con tendencia a retener líquidos. Ofrece importantes cantidades de salicilatos, sales positivas para la prevención de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y cáncer. La cantidad de ácido fólico que tiene equivale a una sexta parte de la cantidad diaria recomendada por cada 200 gramos de esta fruta.



Se tiene que avanzar en la tecnificación y promover el consumo mediante los programas de promoción en el mercado nacional y en el de exportación.



Los días del 5 al 7 de diciembre se llevará a cabo en esta  ciudad la Expo Proveedores de la Fresa 2013, evento en el cual se espera la participación de más de 50 proveedores nacionales de maquinaria, equipos e insumo para la producción tecnificada de la fresa.



La fresa es de la familia de las rosáceas. Su nombre científico es fragaria x ananassa; en latín a la fresa se le llama “fragola”; en portugués, “morongo”; en francés, “fraise”; en inglés “strawberry” y en alemán “terdbeere”.