lunes, 30 de marzo de 2015

Imprescindible rehabilitar camino saca-cosechas Los Espinos - Puente de Tubos: Jorge Hernández Álvarez



Publicado en El Sol de Zamora:

30 de marzo de 2015

Por Alejandro Becerra Ibarra

Zamora, Michoacán.-Ante el alto peligro que representa por las pésimas condiciones en las que se encuentra, es imprescindible que se lleve a cabo la rehabilitación del camino saca-cosechas Los Espinos-Puente de Tubos. Actualmente se tienen algunas partes que están muy agrietadas con el riesgo de que se derrumben por completo.

Lo anterior fue advertido por el presidente de la Pequeña Propiedad, Jorge Hernández Álvarez, quien dijo que es lamentable que ninguna autoridad realice trabajos de mejoramiento y, por lo tanto el peligro es latente, ya que se encuentra en pésimas condiciones.

En entrevista con los medios de comunicación, dio a conocer que es un camino saca-cosechas que requiere que se le de atención, ya que dijo, es el más importante de todo el municipio de Zamora.

Y es que explicó en la zona poniente se cultivan más de mil 500 hectáreas como son frutillas y hortalizas, por ello la importancia que se tiene para que se le inviertan recursos para su mantenimiento, sobre todo al saber de que en este momento tiene socavones que constituyen un severo peligro.

Dijo que debido a lo anterior ya no se puede transitar de manera segura con vehículos, ya que debido a lo destruido en que se encuentra es un serio riesgo de que se vuelvan a presentar más accidentes, como los que desafortunadamente se han presentado.

En ese contexto, explicó que incluso hay algunas partes en donde la rúa se hace más estrecha, lo que dificulta el paso de los vehículos automotores, pero sobre todo constituye un riesgo de que se registre un percance.

Manifestó que esta rúa por la noche es más peligrosa, ya que no se alcanzan a visualizar algunas zonas en donde la cinta asfáltica está severamente fracturada y con la posibilidad de derrumbarse.

Asimismo, explicó que debido a las pésimas condiciones en que se encuentra dicho camino, esto también viene a afectar a los agricultores, ya que los baches que se formaron provocan que las camionetas transiten de una forma inestable, lo que ocasiona que la frutilla se deteriore, así como fuertes pérdidas económicas para los productores agrícolas.

Informó que desafortunadamente no se ha dado la atención que requiere el camino y el daño es más que evidente, pues hay partes en las que la cinta asfáltica se encuentra fuertemente agrietada e incluso con el riesgo de que se desplome por completo.

Refirió que desafortunadamente no hay autoridad federal, estatal o municipal que ponga atención para resolver este problema que no deja de ser un severo peligro para quienes hacen uso del camino.

Dijo que los pequeños propietarios del ejido Zamora, han mostrado su voluntad e interés de contribuir a resolver esta situación, al tiempo de especificar que el proyecto y la obra representa un costo superior a los 15 millones de pesos.

Puntualizó que ojalá y haya alguna autoridad que tome en cuenta el pésimo estado en que está el camino en mención y busque la forma de gestionar o canalizar recursos para llevar a cabo trabajos de mejoramiento y con ello dejar atrás el riesgo que representa en este momento.

lunes, 9 de marzo de 2015

México, el mejor país del planeta en tapar el pozo después de ahogado el niño



Por Eric Viramontes

Publicado en:

Tierra Fértil
 
 
Si tuviera una máquina del tiempo y pudiera viajar aunque sea pocos meses o años atrás, probablemente haría algunas cosas muy diferentes y sin duda, aprovecharía la experiencia para hacer por lo menos un buen negocito.
 

Una de las cosas que los mexicanos no queremos entender y apreciar, es el valor de la información. Realmente no lo entiendo, mientras que en países como Estados Unidos de América, son adictos al conocimiento, a tal grado de no dejarnos disfrutar ni siquiera de un partido de football americano sin que nos atiborren de estadísticas y datos donde prácticamente ya está predicho el marcador oficial, en base a las proyecciones y tendencias, en nuestra sociedad no nos gusta hacer la tarea de investigar, recolectar datos y generar la experiencia que permita facilitar la toma de decisiones.
 

Absurdo, tal vez, pero esta realidad no deja de sorprenderme, es que ciertamente somos muy malos para utilizar la información a nuestro favor. Los mexicanos somos, quizá, de los mejores justificadores del porqué las cosas no salieron como deberían y, en ocasiones, el destino nos premia con gobernantes que nos facilitan la tarea de buscar responsables y justificar el porqué las cosas salieron tan mal.
¿Qué pasaría si tuviéramos políticos de primer nivel? ¿Qué sería de nosotros? ¿A quién le echaríamos la culpa de que las cosas no salgan como debiesen?

 

Recientemente estuve en Sinaloa, en la famosa exposición anual del gremio agrícola y asistí a una reunión del sector en donde escuché las maravillosas acciones, que de manera coordinada y organizada, los diferentes gremios y organizaciones de agricultores estaban trabajando, luego de ciertos señalamientos en contra de la industria mexicana en materia de responsabilidad social, estas, con el fin de mitigar los daños y restablecer la confianza del consumidor norteamericano.
 

Lejos de sentirme orgulloso, debo confesar que me sentí decepcionado y confirmé lo que ya había dicho en alguna de mis columnas pasadas: México está ante una crisis por la falta de organizaciones funcionales.
 

Sin duda, nuestra sociedad es líder mundial, la mejor del planeta en el arte de tapar el pozo después de ahogado el niño ¡Qué buenos somos para reaccionar después de la crisis, pero pésimos para prevenirlas!
 

Permítanme intentar ponerlos en contexto sobre mi frustración. No es ningún secreto, el sector agrícola mexicano está en plena guerra comercial en contra de los agricultores domésticos de los países donde estamos exportando nuestras frutas y hortalizas. A lo largo de los años hemos alcanzado tal eficiencia, productividad y competitividad, que ha superado a muchos agricultores de Estados Unidos y Canadá.
 

Muchos de ellos ya no pueden competir ni con nuestros costos de producción ni con nuestra calidad. Ante esa situación, organizaciones de productores de Norteamérica y algunos empresarios y «lidercillos» de pocos escrúpulos, han buscado diferentes vías legales y de comunicación para desacreditar a nuestros agricultores y frenar nuestra participación en sus mercados.
 

Esto fue el caso de la demanda de prácticas desleales de comercio denominadas «dumping» en contra del tomate mexicano, por mencionar alguno de los ejemplos que conozco mejor. También se han generado algunos señalamientos sin fundamento en contra de nuestra calidad e inocuidad, entre muchas cosas que merman nuestra credibilidad y confianza ante las industrias extranjeras y los consumidores de esos países.
 

En relación al ejemplo anterior, sucedió que durante más de 10 meses la industria hortícola norteamericana, en su desesperada misión por frenar el crecimiento de la industria mexicana, contrató a un reportero de reconocimiento por sus investigaciones pasadas, quien además publica en un prestigiado diario del Estado de California. El propósito era generar un reportaje de la situación laboral de los trabajadores agrícolas nacionales. Obviamente, buscando una situación de injusticia social que generara un impacto negativo al consumidor americano y a la opinión pública, provocando a su vez un boicot hacia las hortalizas mexicanas. Una estrategia que ya hemos visto antes, si recuerdan el caso del atún mexicano.
 

La estrategia, maquiavélica sin duda, pero con un grado de ingenio digno de reconocer; digo… también hay que tener la humildad de admirar al enemigo. Sin embargo, esta estrategia no pudo mantenerse en secreto, ocho meses antes de ser publicado, se supo que este reportero con apoyo de un gran presupuesto de orígenes inciertos, viajó a México en búsqueda del contenido que le ganaría su «paga» y posiblemente un premio entre el gremio editor de su país.
 

Se infiltró a las zonas agrícolas, tomó fotografías de las comunidades de trabajadores, las condiciones en las que vivían, comían y trabajaban, entrevistándolos, exponiendo sus quejas y denuncias. Visiblemente ostentando lo que aparenta ser un atropello a la responsabilidad social en México, exhibió empresarios, así como autoridades locales y federales por igual.
 

Un reportaje que al ser publicado, aún con una presentación muy profesional, digna del nivel de este reportero y con las claras realidades que presenta, que para nada hay que restarles importancia, también me quedó claro que omitió hablar de la película completa, como la situación que muchos de estos trabajadores enfrentan en sus lugares de origen y en sus comunidades, donde la extrema pobreza, carencia de oportunidades y de servicios médicos, son palpables y en donde la educación y vivienda digna están lejos de ser una realidad.
 

Muchas personas que radican en estados de nuestro país como Chiapas, Oaxaca, Guerrero, por referirme a algunos de los más evidentes, lo viven en estos momentos. Olvidó mencionar que el trabajo en la industria hortícola ayuda a mejorar este escenario, evita otros conflictos sociales que esta situación provoca en nuestro país, como el que tengan que migrar a otros países en búsqueda de mejorar su situación económica, calidad de vida y evadir la violencia que se vive en nuestros días, por mencionar algunos de los conflictos más conocidos.
 

Este fino reportero tampoco habló de las empresas que sí trabajan y se esfuerzan por hacer las cosas correctamente, que además ofrecen servicios de guardería y escuelas para los niños, viviendas dignas para las familias de los trabajadores, comedores, servicios médicos, lavanderías y áreas deportivas. Casualmente no mencionó ni fotografió a alguna de las muchas empresas que han invertido e incorporado fuertes políticas y acciones de responsabilidad social, muchas de las cuales han sido expuestas en los medios de Tierra Fértil.
 

Debo decir que me gustó el reportaje, no sólo por su contenido, sino también por la acertada ejecución de la estrategia, como dije anteriormente, tienes que admirar al enemigo. Si la idea era evidenciar a la industria mexicana mediante un tema de actualidad, exponiendo las fallas de algunas empresas para generalizarlas como prácticas de los agricultores nacionales, puedo hacer la analogía con la expresión francesa utilizada en la esgrima, cuando el tirador golpea a un oponente con el fin de reconocer la exactitud del «golpe». ¡Touché!
 

Pero volviendo a la crisis de los gremios, la anterior mencionada estrategia de contraataque se conocía desde hace mucho tiempo antes de ser publicada, supimos que el reportero fue contratado, que viajó a México y que se internó en varias empresas agrícolas, supimos el contenido de sus entrevistas.
 

En pocas palabras, estábamos conscientes de dónde venía el golpe y durante este tiempo no se hizo nada para defender nuestra postura, presentar nuestro caso y prevenir una crisis de percepción en nuestra contra.
 

Es decir, como gremio unido pudimos haber hecho más notas de los casos de éxito en materia de responsabilidad social en nuestro país, que son muchos. Pudimos haber establecido un plan de acreditación para identificar empresas que no están haciendo bien las cosas y actuar en contra de ellas, puesto que tampoco se trata de defender lo indefendible y tapar a quienes no lo están haciendo correctamente.
 

En 2012, la AMHPAC intentó promover su blindaje agroalimentario, en el que acreditar un programa en pie de responsabilidad social era el tercer nivel de competitividad dentro de su membresía, que en ese momento dicha organización le dio un peso prioritario al tema y fue proactivo. Igualmente se pudo actualizar y reforzar esta estrategia a nivel general y fortalecer la comunicación interna en este sentido pero nada de esto se hizo. ¡Caray! vimos las señales, nosotros mismos acusamos a los productores de Florida por tener verdaderos campos de concentración en sus zonas agrícolas. Sabíamos que el tema de responsabilidad social estaba cobrando peso y aún así se publicó el reportaje y nos generó consecuencias.
 

Hoy se anuncia esta coalición de organizaciones y sus acciones, tales como ejercer fuerte presión de los gremios, buscando que el gobierno tome cartas para defendernos.
 

¡Me da vergüenza admitir que ni con una máquina del tiempo podríamos actuar como gremio unido y hacer lo que tenemos que hacer para blindar nuestra industria hortofrutícola antes de que nos golpeen!
 

Señores, el gobierno no falló esta vez, fue la apatía de los gremios, la irresponsabilidad de algunos empresarios y la falta de iniciativa y liderazgo de algunos dirigentes gremiales.
 

Estimados lectores, si seguimos así, vamos a perder las batallas comerciales que implican ser un sector agroalimentario globalizado.