domingo, 9 de diciembre de 2012

Fundamentación histórica de la Defensa Agrícola de Zamora - Características de las antiguas familias zamoranas - Por Jaime Ramos Méndez


De acuerdo con Gladys Lizama en su libro Zamora en el porfiriato. Familias, fortunas y economía, entre ese grupo de familias podemos encontrar impulsores de la modernización agrícola, instaladores de los servicios de agua potable, luz eléctrica, teléfonos, compañías agrícolas y ganaderas de amplia cobertura regional y de las primeras sociedades por acciones y anónimas. De esas familias salieron influyentes sacerdotes y presidentes o miembros de ayuntamientos, prefectos de distrito y hasta diputados locales y federales. Fueron propietarios de tierras potencialmente muy productivas para la agricultura y la ganadería. Tuvieron también la visión de la productividad, creando “valor agregado”, en el terreno de la transformación de los productos agrícolas, creando para ello microindustrias.

La Casona Pardo en Zamora perteneció a los Dávalos,
una de las familias porfirianas más prósperas. Hoy, debe
ser símbolo de la importancia agrícola de la ciudad
y toda su región. (Foto de Ricardo Cruz)

Para refaccionar los proyectos se hicieron tanto prestamistas como usuarios de créditos, “y coadyuvaron activamente con inversiones y empresas en la modernización de la ciudad.” Familias, “actores sociales que produjeron principalmente para el mercado interno, que tuvieron una casa familiar en Zamora en la cual vivieron; crearon y desarrollaron una red de relaciones en el área urbana y rural; poseyeron múltiples propiedades urbanas en la misma ciudad y las rurales no sólo estaban ubicadas en el territorio contiguo a la ciudad, sino también en áreas más lejanas”,[1] porque “ejercieron una práctica económica sobre un espacio territorial bastante mayor que el Bajío zamorano, extendiéndose a parte de otros estados y a una fracción importante de la tierra caliente michoacana”:[2] Chavinda, Chilchota, Ixtlán, Jacona, Purépero, Santiago Tangamandapio, Tangancícuaro, Tlazazalca, Ario Santa Mónica, Pajacuarán, Ayo el Chico, Cotija, Guarachita, Jiquilpan, Sahuayo, Tingüindín, Ecuandureo, La Piedad y Los Reyes[3]

La Zamora señorial, fruto de la riqueza de su entorno agrícola.

Desde su perspectiva económica, Gladys Lizama sintetiza así el ambiente social de las antiguas familias zamoranas:

“[La economía] …a grandes rasgos se caracterizó por desarrollar una agricultura predominante, una actividad comercial dinámica, una industria básica de consumo final, una fuerte actividad crediticia privada e institucional (esta última en el decenio 1900-1910) y un activo mercado de tierras y bienes urbanos…”[4]

Así,

1.   Las antiguas familias zamoranas protagonizaron el desarrollo agrícola, comercial, industrial y financiero de su época.
2.     Promovieron la construcción de la ciudad de Zamora y la dotaron de modernidad.
3.   Propiciaron que Zamora se constituyera en el epicentro económico, político y cultural de una amplia región del occidente de México.
4.  Contribuyeron en la creación y consolidación de Zamora como sede de una importante diócesis de la Iglesia Católica Mexicana.
5.    Consolidaron la presencia política de Zamora en el contexto estatal y nacional.
6.    Contribuyeron a una recreación de una tradición llamada “zamoranía”.


[1] Gladys Lizama Silva, Zamora en el porfiriato. Familias, fortunas y economía, El Colegio de Michoacán-H. Ayuntamiento de Zamora, Zamora, Mich., 2000, p.22.
[2] Gladys Lizama Silva, Op. Cit., p. 24.
[3] Gladys Lizama Silva, Op. Cit., p. 30.
[4] Gladys Lizama Silva, Op. Cit., p. 41.

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