Pozo petrolero.
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Frente a los intereses petroleros que son origen de las más
peligrosas guerras desde el siglo XX, con mucha desesperación los auténticos
ecologistas han señalado que en este siglo XXI esas fuentes de conflicto se
referirán a los problemas, en todo el mundo, de disponibilidad de agua potable.
En su crecimiento desmedido y desordenado, las manchas
urbanas consumen grandes cantidades de agua, que obtienen mediante el desvío y
almacenamiento artificial del agua de manantiales, ríos, lagos y lagunas e
incluso mantos freáticos, sobre explotándolos hasta agotarlos.
Sistema Cutzamala para surtir de agua a la ciudad de México.
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Luego de consumir el agua, las ciudades la desechan
contaminada, transformándola en un elemento inútil para todo propósito de vida
y en agente contaminante de los demás elementos naturales.
Drenaje de aguas negras.
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Este abuso del recurso acuífero se está traduciendo en
escasez y, por tanto, en sed y fuente de conflictos. La infraestructura para
seguir sobre explotando la cada vez más precaria disponibilidad de agua implica
costos que rebasan las posibilidades gobiernos y empresas particulares. Síntoma
de todo esto, es la racionalización cada vez más generalizada del agua en todas
las grandes ciudades del mundo; pero también en las medianas y aún en las
pequeñas.
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